Hinamatsuri

Hinamatsuri

El Hinamatsuri (o Hina Matsuri 雛祭  ) en Japón es conocido también como el Festival de las Niñas o Festival de las Muñecas, y se celebra cada año el 3 de marzo. Durante esta celebración, se pide a los dioses que cuiden a las niñas del hogar, permitiéndoles tener buena salud y un buen matrimonio a futuro. Para ello, los japoneses montan un altar en el que se colocan muñecas (de ahí el nombre del festival). A los niños no se les incluye en esta tradición, ellos celebran su propio día el 5 de mayo. 

Si bien se les llama muñecas (en japonés, hina-ningyō人形), estas no son como las muñecas con las que las niñas juegan todos los días. Son muñecas que portan la vestimenta tradicional de la corte imperial del periodo Heian. Generalmente son muy costosas, por lo que se conservan y se van heredando de generación en generación. Es muy común que los abuelos regalen su primera hina-ningyō a su nieta.  

La estructura del altar (llamado hinadan雛壇) se organiza en 5 escalones o niveles principales, acordes a la jerarquía del periodo Heian. También se pueden agregar uno o dos niveles más, con objetos de la época. Todo el altar va cubierto con una tela (llamada dankake段掛), que cumple la función de alfombra. El dankake suele ser de terciopelo y lleva un acabado de arcoíris en la parte inferior.  Las muñecas y objetos que podemos ver en cada nivel son: 

1er nivel: Se encuentra el emperador y la emperatriz. Junto a ellos se colocan lámparas bonbori, una mesita pequeña con flores de melocotonero y cortinas tipo biombo como fondo.  

2do nivel: Corresponde a las 3 damas de la corte (sannikanjo三人官女). También se colocan mesitas con pasteles de mochi.  

3er nivel: Se ubican los músicos. Generalmente son 5 y sostienen instrumentos como el taiko (太鼓), el ootsuzumi (大皮鼓; un tambor grande), el kotsuzumi (小鼓; un tambor pequeño), el fue (笛; la flauta) y el sensu (扇; abanico). 

4to nivel: Se encuentran dos ministros, uno joven (llamado udaijin右大臣) y uno anciano (llamado sadaijin左大臣). Entre ellos se colocan más mesitas con pasteles hishimochi y kakebanzei. 

5to nivel: Se colocan tres guerreros o protectores. Cada uno muestra una expresión facial diferente: uno sonríe, otro llora y otro se muestra enfadado. En los extremos se colocan dos árboles, que pueden ser de mandarinas, cerezos o melocotoneros.  

6to nivel: Se colocan muebles como cómodas, mesas, tocadores, cajas de costura y utensilios para ceremonia del té. Son los objetos que se le atribuyen a la emperatriz. 

7mo nivel: Se encuentra un palanquín (que es la silla o trono en el que transportaban a las personas importantes), un jubako (que se trata de cajas apilables para guardar y presentar comida en Japón) y un carro tirado por bueyes. Estos objetos se asocian al emperador.  

Este hinadan es el más tradicional, aunque también se elaboran más sencillos con tres niveles. Durante el Hinamatsuri, las visitas a santuarios también son muy comunes, así como comer platillos típicos de la festividad, tales como el chirashizushi (ちらし寿司 – sushi de arroz con coberturas como sashimi), hishimochi (菱餅 – pastel de arroz en capas de color rosa, blanco y verde), hina-arare (雛あられ – caramelo de tres colores), sopa de almejas (はまぐりのお吸い物) y shirozake (白酒 – sake blanco). 

¿Ya conocías el Hinamatsuri? ¡No olvides contarnos en los comentarios! 

Setsubun

Setsubun

El término setsubun (節分) en japonés significa “cambio de estación del año”. Habiendo 4 estaciones, existen 4 setsubun: de primavera a verano, de verano a otoño, de otoño a invierno y de invierno a primavera. Este último ha sido el más significativo y el único que se celebra, por lo que al mencionar setsubun, la celebración en la que debemos pensar es en el fin del invierno y el inicio de la primavera (aunque en realidad, tiene su propio nombre en japonés: risshun立春). 

La fecha en la que se festeja el setsubun varía entre el 2 y el 3 de febrero, dependiendo del calendario lunisolar. ¿Qué se celebra en esta fecha? Ciertamente se da la bienvenida a la primavera que llega para remplazar al frío invierno, pero lo más importante en el setsubun es ahuyentar a los demonios y atraer la buena suerte no sólo para la estación, sino para todo el año. Para lograr esto, los japoneses siguen una serie de rituales, de entre los cuales destacaremos tres: el mamemaki (豆まき), el ehōmaki (恵方巻き) y el hīragi Iwashi (柊鰯). 

 

Mamemaki (豆まき) 

De acuerdo a las supersticiones japonesas, los demonios son los causantes de males como la pobreza y la enfermedad, es por ello que un ritual importante durante el setsubun, es el mamemaki (豆まき ), que se realiza precisamente con el fin de ahuyentar demonios. Este ritual consiste en arrojar semillas de soja a una persona que porta una máscara de demonio. ¿Por qué se hace esto? Existen dos versiones de su origen. 

La primera versión cuenta que hace mucho tiempo en Kioto, existía un demonio que causaba muchos problemas a los habitantes. El pueblo sufría mucho hasta que un día los habitantes, desesperados, comenzaron a arrojar semillas de soja al demonio, hasta que alguien logró darle en el ojo. Al instante, el demonio huyó, dejando tranquilo al pueblo. Se dice que desde entonces se realiza este ritual. 

La segunda versión tiene que ver con la superstición japonesa de la polisemia, en la que palabras con la misma pronunciación mezclan sus significados. En japonés, los demonios son llamados “akuma” (悪魔), y ojo se dice “me” (目), por lo que “akuma no me” (悪魔の目) significa “ojo del demonio”. Pero sucede entonces que al juntar el segundo kanji de akuma y el de me, se pronuncia igual a la palabra que utilizan para decir “semillas de soja”, es decir, “mame” (豆). Esto no podría ser simple coincidencia y de ahí viene la superstición, en la cual al arrojar semillas de soja a los ojos del demonio lo ahuyenta, y por eso el ritual es llamado de esta forma.  

Este ritual se realiza en los hogares, en escuelas y en templos. Para realizarlo, es necesario que la persona a cargo (supongamos el padre en el hogar o el director en la escuela), se coloca una máscara de demonio (o incluso un disfraz completo) y los niños o demás miembros arrojan semillas de soja gritando “¡Oni wa soto! ¡Fuku wa uchi!”(鬼は外, 福は内), que podemos traducir como “¡Fuera el demonio! ¡Que venga la buena suerte!”.  

Pero eso no es todo. Otra parte del ritual consiste en comer las semillas de soja. El número de semillas que cada persona debe comer tiene que ser igual a su edad, más uno por el año que viene. Por ejemplo, si tengo 20 años, debo comer 21 semillas. Como dato, es muy común que al comprar las semillas en las tiendas o mercados incluyan la máscara del demonio.  

 

Ehōmaki (恵方巻き ) 

Otro ritual importante durante el setsubun es el ehōmaki (恵方巻き), también llamado el sushi maki de la suerte. El sushi maki es un rollo de sushi completo, es decir, sin cortar, y el ritual consiste en comer el rollo completo sin que se rompa, sin hablar al comer y mirando en una dirección específica, llamada ehō (恵方), que se considera “la dirección de la suerte”. Esta dirección suele variar dependiendo el horóscopo del año nuevo chino que comienza, con base en una brújula del calendario zodiacal. Se dice que si el rollo de sushi no se rompe al comerlo nos irá bien durante todo el año, y que, en caso contrario, si se rompe nos traerá mala suerte. 

 

Hīragi Iwashi (柊鰯) 

Este ritual es el más antiguo de los mencionados y el que menos se ve hoy en día. Su nombre proviene de hīragi (柊) que significa “acebo” e iwashi (鰯) que significa “sardina”, y es precisamente lo que se necesita para realizar este ritual. Consiste en comer sardinas y colocar sus cabezas en ramas de acebo. Posteriormente, estas ramas con las cabezas de sardinas deben colocarse en ventanas y puertas de las casas. Se cree que el olor de las sardinas ahuyenta a los demonios.  

 

De los tres rituales, sin duda el más representativo es el mamemaki, que se considera un ritual familiar, pero no podemos negar que el ehōmaki y el hīragi iwashi también son llamativos. ¿Conocías estos rituales? ¿Qué te parece el setsubun? Compártenos en los comentarios.  

Shichi-go-san

Por: Rut Prieto

Ya es otoño y en Japón se celebra como en cada año el festival shichi-go-san (七五三, que se traduce literalmente “siete-cinco-tres”) el 15 de noviembre. Los principales protagonistas de esta celebración son los niños de 3 y 5 años, y las niñas de 3 y 7 años (de ahí el nombre siete-cinco-tres), y son llevados a templos para agradecer el goce de buena salud y rezar porque siga siendo así durante su desarrollo.  

En el pasado, los niños eran susceptibles a una gran variedad de enfermedades en Japón y la tasa de mortalidad infantil era un problema serio, puesto que muchos no lograban llegar a la edad de 7 años. Durante el periodo Heian (794-1192), las familias nobles comenzaron a hacer estos rituales en los que acudían a templos sintoístas y rezaban por la salud de sus hijos: con los niños al cumplir 3 y 5 años, y con las niñas a los 3 y 7 años. Lo hicieron así bajo la creencia de que los números impares atraen buena suerte. Posteriormente las familias de samuráis se unieron a esta tradición y después el resto de la población.  

Durante el shichi-go-san, los niños portan por primera vez la vestimenta tradicional japonesa. A los tres años, las niñas son llevadas a los templos vistiendo hermosos kimonos atados con cordones, y al cumplir los 7 años, usan por primera vez el obi, que es una faja ancha de tela que se usa sobre el kimono. Esto se considera un ritual importante, llamado obitoki (帯解き), y antiguamente se consideraba que era el paso de las niñas a la edad adulta. 

En el caso de los niños, a partir de los tres años se les permite tener el cabello largo, puesto que acostumbran a dejarles el cabello muy corto antes de esa edad. A este ritual se le llama kamioki (髪置き). A los 5 años, los niños visten chaquetas haori y se les permite usar pantalones hakama, que son complemento de la vestimenta tradicional, para representar el paso de la niñez a la adultez. A este segundo ritual se le nombró hakamagi (袴着). De hecho, los niños varones pueden usar dos tipos de kimonos; el primero es el tradicional (que parece de samurái) y el segundo es más moderno. Desde luego, el significado en los rituales ha ido cambiando, pero el hábito de la vestimenta ha permanecido.  

Ciertamente la vestimenta tradicional japonesa tiene un precio un tanto elevado, debido a la complejidad de su elaboración. Es por ello que hay muchas empresas que permiten rentar estos atuendos tanto para los niños como para los adultos en este tipo de festividades. Incluso hay estudios de fotografía que ofrecen el paquete de la renta de la vestimenta junto con una sesión de fotos en los templos para las familias. Algunas personas han optado por esta opción, y el retrato familiar utilizando la vestimenta tradicional se ha convertido prácticamente en parte de la tradición.  

Otra parte de esta tradición es dar a los pequeños una bolsita colorida con chitoseame (千歳飴), que quiere decir “caramelo de mil años”. Se trata de unos palitos de dulce, cuya forma simboliza la longevidad. Los caramelos son blancos y rojos (colores alusivos a la suerte) y se considera que el número de caramelos que se debe dar a los niños debe corresponder con su edad. Por ejemplo, a un niño de tres años, se le dan tres caramelos.  

Si bien en Japón la salud en niños ya no es un problema, se ha conservado esta tradición durante siglos, siendo una alegre celebración que representa los deseos de los padres de que sus hijos vivan una vida larga, plena y feliz.  

Festival de Medio otoño en Japón

Festival de Medio otoño en Japón

Como en textos pasados, continuaremos hablando acerca del Festival de Medio Otoño alrededor de Asia, y esta vez es el turno de Japón.

Su nombre en japonés es Tsukimi (月見 ) o Otsukimi que podemos traducir como “observación de la luna”, y el cual fue introducido a Japón hace más de 1000 años. Forma parte de su sistema de creencias Shinto y tiene lugar en el octavo mes lunisolar, específicamente el día 15, y traduciéndolo para occidente, exactamente el 21 de septiembre para este año.

Surge como una forma de agradecer al Dios Luna por las buenas cosechas, ya que particularmente durante esta fecha del año, este astro es bastante brillante y se puede observar con claridad. La leyenda dice que durante este día es posible distinguir una silueta del conejo que habita la luna.

Durante la celebración visten ropas y trajes tradicionales, decoran sus casas con hierba de pampa para la buena suerte y como ofrenda al Dios Luna; además ofrecen parte de las cosechas, taro y dangos tsukimi en las pequeñas terrazas. Estos últimos pueden ser apilados en montones de 12 o 15, representando el día de la celebración, o bien los meses del año respectivamente.

Parte importante del festival, es que muchas familias aún visitan los templos y santuarios. Vestidos con kimonos tradicionales acuden en familia para ofrecer incienso y participar en danzas y desfiles.

Sin duda esta es una fecha que aún sigue muy presente en muchos hogares japoneses, el cual es aprovechado para disfrutar tiempo en familia, degustar comida deliciosa y observar la maravillosa naturaleza.