Cuando pensamos en la gastronomía francesa, hay dos elementos que nunca pueden faltar en la mesa: ¡el queso y el vino! Se trata de dos productos emblemáticos cuya preparación es todo un arte. Ambos productos pasan por procesos de elaboración y de maduración (o fermentación, si hablamos del vino) en sus respectivas cavas.
En el caso del queso, la cantidad de bacterias agregadas en su preparación y el tiempo que se deja madurar determina la intensidad de su sabor, su consistencia e incluso su color, es por ello que existe una gran variedad de quesos. En cuanto al vino, la madurez del fruto y el tiempo que se deja fermentar contribuyen al resultado final. Ambos dependen de condiciones muy específicas para su elaboración: además de los ingredientes, se toma en cuenta la temperatura, la humedad, la exposición a la luz, etc.
El queso
Mientras que en México se consumen de 20 a 40 tipos de queso diferentes, siendo 14 de estos originarios de nuestro país (según el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial – IMPI), en Francia existen cerca de 400 tipos de queso propios del país. ¡Es por ello que se dice que los franceses podrían comer un queso diferente por día los 365 días del año! De entre los quesos más famosos franceses destacan el Reblochon, el Roquefort, el Camembert, el Comté, entre otros.
Es tradición en Francia a la hora de comer, colocar un pequeño plato con diferentes tipos de queso, que sirven como entrada o para acompañar la comida. También se consumen en la hora del Apéro, o aperitivo. Es un momento del día, generalmente en las tardes, después de trabajar, en el que se reúne la familia o los amigos y degustan este tipo de bocadillos entre otros. Se coloca un plato o una tabla con quesos, acompañados de rebanadas de pan y carnes embutidas como pepperoni, jamón, etc.
El vino
El vino ha formado parte de la gastronomía francesa desde la época del imperio romano. Muchas de las técnicas utilizadas en la elaboración de vino en todo el mundo, incluso en México, tienen su origen en Francia. De las variedades de vino más famosas destacan Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot, Sauvignon Blanc, Pinot Noir, entre otros. La AOC (Appellation d’origine contrôlée – Denominación Controlada de Origen) reconoce al menos 470 vinos diferentes de origen francés.
En México tenemos la costumbre de acompañar los alimentos a la hora de la comida con agua de algún sabor. En Francia a la hora de la comida o durante la cena, se acostumbra consumir los alimentos con agua natural, para que el sabor de la comida se aprecie mejor, o bien con una copa de vino.