Por: Daniel Morales
La Noche de Brujas es una famosa fecha celebrada el 31 de octubre, en la que las casas son cubiertas de calabazas, esqueletos, arañas y demás adornos tétricos. Su nombre en inglés, Halloween, viene de la frase All Hallows’ Eve, que significa El Día de Todos los Santos. Esta celebración inicia la etapa conocida como Allhallowtide, o Tiempo de Todos los Santos, la cual también abarca el 1ro y 2do de noviembre. Es celebrada en su mayoría en países de habla inglesa a lo largo de Europa y Norteamérica, pero también en países de habla hispana en donde existe una gran presencia de la influencia cultural extranjera.
Su origen es mayormente asociado al festival celta de Samhain (fin del verano). Se creía que durante este festival las almas de quienes habían fallecido regresaban a sus hogares. También se creía que las almas de las personas fallecidas durante el año hacían su recorrido al más allá durante esta fecha. La gente solía colocar hogueras en lo alto de las colinas para reavivar el fuego de sus hogares y espantar a los malos espíritus, y muchos otros usaban máscaras para evitar ser reconocidos por los fantasmas que creían que rondaban esos días. Estas costumbres provocaron que se asociara este evento con criaturas folclóricas como fantasmas, duendes, demonios, hadas y las ya conocidas brujas.
En el Siglo VII, el papa Bonifacio IV estableció el Día de Todos los Santos en el 13 de mayo. Posteriormente y por una posible búsqueda de erradicar las festividades paganas, se movió esta celebración para el 1ro de noviembre. Para finales de la Edad Media, durante la reforma cristiana, muchas celebraciones religiosas se fusionaron con fechas seculares, dejando a la llamada Noche de Brujas como una celebración no asociada con la religión. Más adelante, fue prohibida por los primeros colonos americanos. No obstante, en el siglo XIX, desarrollaron festivales dedicados a las cosechas, añadiendo varios elementos de la Noche de Brujas. Luego, con la llegada de inmigrantes irlandeses, el uso de disfraces se incorporó a las costumbres y, en el siglo XX, se volvió una de las fechas más significativas de los Estados Unidos.
En la actualidad, la Noche de Brujas es principalmente relacionada con múltiples tradiciones entre las que destacan las bromas inofensivas, el uso de disfraces y salir a pedir dulces. La actividad más sobresaliente es la misma en la que los niños se disfrazan de criaturas de folclore y salen a pedir dulces por medio de la frase Dulce o truco, o Trick-or-treat en inglés, originada por la tradición británica de permitir a los pobres pedir pasteles de alma. En caso de que no se les dé dulces, suelen hacer bromas inocentes y algunas un poco más pesadas. También se suelen llevar a cabo fiestas temáticas de disfraces en las que se realizan juegos como sacar manzanas de un recipiente con agua usando únicamente la boca, actividad que se cree que se originó en la celebración romana de Pomona.
Otra característica de la Noche de Brujas es que, además de los monstruos del folclore, las decoraciones y disfraces más habituales de esta fecha son los monstruos del cine moderno, tales como los vampiros, las momias y los hombres lobo y el icónico monstruo de Frankenstein. También los gatos negros y las calabazas talladas, estas últimas también conocidas como Jack-o’-Lantern, que significa literalmente Farol de Jack. Los Jack-o’-Lantern se producen quitándole el relleno a una calabaza, tallando una cara en uno de sus lados y colocando una vela en su interior. La popularidad de este adorno y su proceso llegó a tal punto que se convirtió en el principal símbolo de la esta esperada fiesta.